viernes, 25 de octubre de 2013

Calaverita 1






El pobre Garduñito,
ahora sí se nos peló,
se veía tan saludable,
siempre sonriente y amable,
cómo es que se petateó.
La Catrina remolona
ya le había echado el ojito
se dijo: este Garduñito
lo subo a mi carretón
pa que encienda mi pasión,
yo lo miro muy buen mozo,
limpiecito y retozón,
se me hace que está sabroso.
Nomás de oler su perfume
se me mueve hasta el calzón.
Ni tarda ni perezosa
del cuello se le colgó
y le dijo : ¡GARDUÑITO!
rechíname mis huesitos,
de lo otro me encargo yo.
Mas Garduño siempre fiel
se ponía muy remilgoso
escondiendo su trompita;
primero decía que no,
mas, la huesuda cachondita
fué tanto lo que insistió
que al fin el Garduñito accedió.
En eso la Jefa Erika
tremenda escena miró
diciendo: ¡Oiga!, ¡qué ejemplo!
y al pobre se lo surtió.

Le ponchó sus cachetitos
y la nariz le mordió,
mas, fué tremendo patadón
que hasta el limbo lo mandó,
condenada chaparrita,
¿de dónde fuerza sacó?.

2 comentarios: